Llego el momento… tu momento, el mío, el de nosotras. Solo
apoyándonos en una misma dirección y con amor vamos a poder encontrar el
sentido.
Me he decidido a ayudarte, a darte mi apoyo incondicional y sin expectativas, solo por el mismo acto
en sí mismo que me llena de unidad, que nos llena de alegría. Sé que este dar
no es recíproco, que es un DAR, es dar mi profundo amor, ese dar implica correrme
de mi yo, este dar implica apertura interna y compasión por vos y por el ser
humano, es humanizar la tierra desde las tinieblas. No puedo abandonarte y ser
indiferente a tu dolor y sufrimiento; y aunque suene inhumano e imposible sentir esta indiferencia la registro, pero
no la quiero e intenciono y pido tomar contacto con lo sagrado en mi, en vos y
en quienes nos rodean. Evoco los registros de bondad, fuerza y alegría decidiendo desde ahí entregar lo que puedo,
sabiendo nuevamente que esto no es recíproco pero también sabiendo que así
existe una remota posibilidad de transformar tu vida y por lo tanto nuestras
vidas. El amor verdadero viene de lo
profundo y nos acerca hacia el sentido. Me apoyo en la fé y en los dioses más lejanos, en nuestro guía que nos
protege, en nuestro maestro que nos ilumina el camino. Así vamos preparando
lo mejor que podemos para el siguiente paso, aunque no le temo al después es el
antes el que me moviliza a avanzar con resolución, es el sufrimiento del ser
humano el que quiero superar, ahora es donde no quiero abandonarte pero una vez
dado el paso te soltaré para que sigas tu camino, para que sigas el camino.
Mientras tanto, guiada por la unidad interna me acerco a vos y me entrego
desinteresadamente a quien forma parte de lo que hoy soy y porque existe lo
profundo y lo sagrado en cada ser y por que existe la posibilidad
transformadora hacia el sentido es que te agradezco por lo que sos y por lo que
significas en nosotras. Gracias!