martes, 16 de abril de 2013

Mil y una vida trepando el mismo árbol III









"Ella espera al amor como el brote al sol y lo acoge en un presente inesperado, pero más suntuoso que lo que ella había soñado".





Y el volcán vuelve a estallar,
 cada vez con más fuerza y convicción,
 y tú te dejas llevar por el aire con aroma a cereza,
y la sensibilidad a flor de piel desnuda al calor tibio del verano que se va.
 Ya no son dos los caminos que se abren, sino que son miles,
 infinitos mundos que parten del mismo centro.

 Holográfícas aristas llenas de colores que revolotean a la espera de tu llegada, 
que se multiplican alterando el pensar, sentir y el hacer coherente;
 ya no hay parámetros
 todo es difuso pero intenso, 
no sé que es sueño y que es despertar,
 una ilusión dentro de otra
 o una realidad que contiene a la que sigue
como se refleja un espejo en otro
 en donde no sabes cuál es la verdadera y original imagen.  

Todo es válido y por ello nada lo es,
 amarga y dulce paradoja
 todo se resume a la búsqueda de unidad interna 
encontrada entre contradicciones;
 la luz en la oscuridad
la vivificación del caos y la muerte
 la fuerza de lo débil
 el inmóvil aleteo de la mariposa
 la suavidad del rayo
 la luna negra
 la sal cual liquido espeso se diluye;
 así llego hasta aquí, y a ti...

¿Cómo iluminar mi sombra?.
Espero el día en que pueda descapucharte 
y encontrar que ahí no habita nada,
eso de lo que temo no existe
que es solo algo irreal 
y se desvanezcas por completo;
pudiendo seguir en el alegre camino
 hacia el siguiente árbol. 





OH NAMAH SHIVAYA!