Esférica, transparente, luminosa y vacía.
Ecos silenciosos
que acunan respiros asincrónicos.
Allí dentro los sentidos habituales se van adormeciendo;
acallando la mente poco a poco, sintiendo los latidos del corazón que van siendo
registrados con mayor potencia por los internos sentidos, que esperan ansiosos
más atención.
Aquietando la mente, todo va aflojando dentro y una suave
brisa comienza a cubrirme, me siento protegida y me dispongo a entrar… como un
camino ya armado comienzo a andar; en él encuentro algún ruido, lo acallo y
sigo. Una imagen brota y asociada a ella surge otra, me relajo y suelto, y
sigo… ondulaciones progresivas recorren mi cuerpo, siento…. Emociones brotan
desde adentro; me cargo y suelto, y sigo.
Voy entrando a un absoluto silencio donde puedo registrar
como algo que habita en mí, pero que no es mío, se manifiesta desde lo más
profundo de mi pecho. Otra oleada de mucha Fuerza golpea desde mi cabeza hacia
abajo ingresando en mí, haciendo que todo mi cuerpo sea una sola sensación;
sobrepaso el descorazonamiento… y sigo. Con aquella sensación, que soy yo misma,
nos expandimos hacia el infinito… y más, y más… y más… Y así, de apoco me voy
sumergiendo en una suave sensación de paz, donde mi cuerpo (aunque respira)
deja de respirar. Mi mente en blanca luz y en espiralado movimiento va yendo
hacia adentro… y más adentro y más, hasta desaparecer…
Y un sonido me hace sentirlo, ya respiro, mi mente ya
contiene ese sonido y a su imagen correspondiente y comprendo que en algo bueno
estoy, aunque ya no más y el espiral comienza a girar al revés.
Volviendo luminosa, siento mi corazón latiendo rápidamente y
una alegría me hace sonreír, y sigo.
Guardo en mi memoria todas esas sensaciones y agradezco con
fuerza por todo lo dado, aprovecho la energía en movimiento para pedir lo que
necesito profundamente.
Ya mis ojos comienzan a percibir, los cinco sentidos
activados van captando la misma realidad pero tamizado por un nuevo registro,
todo es nuevo y brillante, el futuro sobretodo… Observo la esfera que me
contiene, su vacío, le agradezco por hacerme re-nacer.
Salgo de ella y de lejos veo flamear sus naranjas y
brillantes banderines. La Sala, lugar sagrado y universal.