Existe en el ser humano una
gran necesidad
Una necesidad milenaria,
pocas veces entendida.
Una necesidad que no tiene
lógica… que va más allá.
Existe en todo hombre y
mujer, la profunda necesidad de encontrarse, de encontrar su propia
espiritualidad.
De poder aunque sea por un
momento tomar contacto con lo Sagrado que existe dentro nuestro, y así acceder
a otro tiempo y a otro espacio, en donde vamos descubriendo que existe otra
forma de comunicarse con el otro.
Es en el contacto con ese
fuego sagrado que habita en nosotros, en donde puedo unirme con lo Verdadero
del otro, de la Naturaleza
y del mundo entero.
Y es cuando experimento esta
perfecta comunión cuando logro entender que:
No es indiferente lo que
hagas con tu vida, que tus acciones perduran.
Que tus manos tienen
el poder de transformar
Que tus ojos tienen el poder
de curar
Que las palabras ya no quedan
flotando en el aire, sino que llegan hasta lo más profundo, penetran,
rompen barreras.
Entiendo que una caricia ya
no tiene ese simple significado, sino que es el encuentro de las almas, ahí se
juntan, ahí todo explota.
Y es en esta perfecta
comunión en que el mundo esta ante ti, en que el día y la noche vienen bien…
Es ahí que de nosotros surge
la magia, es ahí cuando nos convertimos en humildes alquimistas, en poderosos
hechiceros.
Y ese es el momento…el
momento del salto.
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